Juro por las patas de mi cama,
que aunque no parecen nada,
me sujetan cuando duermo,
que si hoy te quedas a mi lado
subiré como un esclavo
por tu espalda y por tu pecho.
Juro por la funda de mi almohada,
que es mi amante más callada
y comparte mis secretos,
que si hoy te quedas a mi lado
lucharé como un soldado
en una guerra de besos.
No me digas que no, tú no,
que el corazón no aguanta tanta soledad.
No me digas que no, hoy no,
que necesito un sueño para continuar.
No, no, no, no.
No me digas que no,
que muero.
Juro por los dioses más famosos,
los que todos conocemos
en estado gaseoso,
que si hoy te quedas a mi vera
yo seré la primavera
que amanezca ante tus ojos.
Juro por la sombra diluida,
la que siempre me acompaña
aunque yo no se lo pida,
que, samaritana, si te quedas
me enredaré en tus caderas
como me agarro a la vida.
No me digas que no, tú no,
que el corazón no aguanta tanta soledad.
No me digas que no, hoy no,
que necesito un sueño para respirar.
No, no, no, no.
No me digas que no,
que muero.