Me cansé de echarte de menos,
durmiendo en la misma cama,
separados por el hielo,
de hacer la compra en la farmacia,
sonreírle a la desgracia,
boxeando con los celos.
Y es que no puedo estar así,
las manecillas del reloj
son el demonio que me tiene hablando solo.
Soy el capitán de este barco roto,
soy el gilipollas que te sabe a poco,
soy el corazón bastardo de Cupido,
que alejas del tuyo con cada latido.
Soy como un satélite orbitando un cuerpo,
que siempre se enfría en el mismo momento,
soy tan solo el viento
que ya no despeina
el eco de tu voz.
Me cansé de vender por piezas
nuestro amor que fue tan caro,
como si fuera robado.
Ya me cansé de tanto ruido,
de esconderme en el armario,
cuando yo soy el marido.
Y es que no puedo estar así,
las manecillas del reloj
son el demonio que me tiene hablando solo.
Soy el capitán de este barco roto,
soy el gilipollas que te sabe a poco,
soy el corazón bastardo de Cupido,
que alejas del tuyo con cada latido.
Soy como un satélite orbitando un cuerpo,
que siempre se enfría en el mismo momento,
soy tan solo el viento
que ya no despeina
el eco de tu voz.
Sé que soy
el tercero en discordia,
el tonto sin memoria,
el que no sabe nada de tu vida.
Sé que soy
un barco malherido,
tocado y hundido.
Soy el capitán de este barco roto,
soy el gilipollas que te sabe a poco,
soy el corazón bastardo de Cupido,
que alejas del tuyo con cada latido.
Soy como un satélite orbitando un cuerpo,
que siempre se enfría en el mismo momento,
soy tan solo el viento
que ya no despeina
el eco de tu voz.
Sé que soy
el tercero en discordia,
el tonto sin memoria,
el que no sabe nada de tu vida.
Sé que soy
un barco malherido,
/tocado, tocado, tocado, tocado.../
Y hundido en el mar profundo
del frío de tus recuerdos,
perdido en las curvas peligrosas de tus labios,
dolido porque nuestro amor se muere de sueño,
y no sé qué hacer ni decir para despertarlo.
Tocado y hundido.