No sé que tienen tus ojos, tus besos,
que siempre regreso por más de ti.
No sé que harás ni cual es el misterio,
ni el hechizo que haz puesto sobre mí.
Tienes el don de creer lo que siento,
saber lo que pienso con tu mirar.
La gran virtud de escuchar en silencio
y no cuestionar mi forma de amar.
No hay en el cielo una estrella
más hermosa, más bella,
que ilumine mi oscuridad.
Y de la Tierra a la Luna
como tú no hay ninguna,
no existe nadie igual.
Tu amor es como un imán
del que no puedo escapar,
me tiene adicto y pegado a ti.
Tu piel es una obsesión
que llama a mi corazón
y me seduce a volver a ti.
Tu amor es más que sexual,
es puro y espiritual,
es mi delirio, mi religión.
Tu cuerpo es mi padecer,
sinónimo de placer,
un vicio que es más fuerte que yo.
Este deseo se ha vuelto impaciente,
es dulce y ardiente como un volcán.
Cuento las horas y muero por verte
para besarte y volverte a amar.
No hay en el cielo una estrella
más hermosa, más bella,
que ilumine mi oscuridad.
Y de la Tierra a la Luna
como tú no hay ninguna,
no existe nadie igual.
Tu amor es como un imán
del que no puedo escapar,
me tiene adicto y pegado a ti.
Tu piel es una obsesión
que llama a mi corazón
y me seduce a volver a ti.
Tu amor es más que sexual,
es puro y espiritual,
es mi delirio, mi religión.
Tu cuerpo es mi padecer,
sinónimo de placer,
un vicio que es más fuerte que yo.